sábado, 18 de abril de 2009

José de Rus y Antonia de la Torre, porque siempre hay un principio

Dado que tiene que haber un principio en la historia, tomemos como fecha el primer matrimonio de José de Rus.
José de Rus procedía de una de las dos familias que ostentaban a finales del S.XIX el apellido de Rus en Linares; una de ellas era la de los “aceiteros”, la otra, la de los “esparteros”, de la cual provenimos.
En el catastro de Ensenada de 1752 se reflejan pocos “de Rus” en Linares, sin embargo, José de Rus ya nació en la ciudad jiennense. Según algunos libros que recogen la historia de Linares, la familia “de Rus” era de las que pagaban un impuesto por comprar carne. Quizá algún día entremos en estas costumbres de la época.
Al parecer De Rus hubo que trabajaron en la mina, y de Rus hubo que trabajaron en el negocio del esparto, sin poder negarse la versión según la cual algún miembro de la familia fue el feliz propietario de una churrería en Linares.
José de Rus, quien será nuestro introductor en esta historia-ficción familiar, tuvo un primer matrimonio con una muchacha bella y adorable. EL día de la boda dijo a aquella mujer; “si te mueres, me caso con tu sobrina”. La sobrina, Antonia, estaba de buen ver, mejor palpar y era mucho más jovencita que José. Dicen las malas lenguas (todas) que los de Rus tienen algo de preclaros, porque aquella mujer murió en el primer parto y José se casó con su sobrina, Antonia, bella y paciente.
De José y Antonia, recién venidos a Madrid con el Siglo XX apenas comenzado, nacieron en la capital de España Felipe, Simón, Pepe, Rafael, Lina, Antonio y Adolfo. De aquellos genes somos herederos los demás.
Fueron dados al cambio de residencia, vivieron en el Paseo de las Delicias, en Ramón Calabuig y finalmente en Doctor Bellido.
Tuvieron diversos negocios, como sala de baile, churrería, bar, José de Rus fue Jefe de Talleres de RENFE, cuando aquellos estaban en el Cerro Negro, y quién se lo diría a tan pacífico hombre, sería comandante de la República.
De Linares a Vallecas, vino la familia De Rus de la Torre.
Para expandirse por el mundo.

4 comentarios:

  1. Era hombre de ley, Jose de Rus.
    Otros tambien piensan en eso de casarse con la sobrina, pero no lo anuncian antes.
    Se ve que se podia confiar en el. Aparentemente.
    Y mire qué emprendedor.

    Saludos, monsieur

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  2. Felicidades, Miguel, el editor más chic de España, que no sabía yo que tuvieras un abuelo así, todo un hombre de palabra. Ya sé a quién has salido. Tus fans de Marbella te echan de menos.

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  3. Las historias familiares me gustan muchísimo, sobre todo si están tan bien contadas como estas.
    Doña Guiomar de Ulloa

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  4. Mi señora Guiomar:
    De la lectura de su Bosque Olvidado he descubierto que es usted joven (por lo de Mozilla) y que pertenece a una santa casa en la que han sido educadas algunas de las Damas del Unicornio y en la que han recibido sabiduría y piedad. Agradezco pues sus palabras, pero su tono será siempre más elevado que el mío, pues los tiempos cambian, y en los míos reina la descreencia, incluso para hablar de los seres más queridos, principalmente cuando me achacan ser hijo del esperpento y la irreverencia.
    En todo caso, sea cual sea su sexo, (ahora género) condición o riquezas, cuente conmigo para llevar su pañuelo en la punta de mi lanza si fuera menester batirse en justas. Seguiré leyendo su nutritivo blog cuando mis obligaciones literarias me lo permitan.
    Aquí tiene una casa, que como todas las de buena reputación, es así, así.

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